Diabetes
Diabetes, ¿qué es y cómo puedes controlarla?
La glucosa en la sangre, que proviene de los alimentos, es la principal fuente de energía de nuestro organismo. La insulina, por otro lado, es una hormona producida por el páncreas que ayuda a la glucosa a entrar en las células para usarse como energía. Cuando comemos, los niveles de glucosa en la sangre aumentan, pero la insulina ayuda a rebajarlos.
Sin embargo, en las personas que padecen diabetes, los niveles de glucosa en la sangre están por encima de lo normal, pudiendo causar trastornos en nuestros órganos. En la diabetes tipo I, el cuerpo no produce insulina y debe suministrarse en forma de medicamento inyectado. La diabetes tipo 2 es la más frecuente y suele darse en la edad adulta, en personas con sobrepeso u obesidad, cuyo cuerpo no produce suficiente insulina o la utiliza inadecuadamente.
En ambos tipos de diabetes, una alimentación adecuada y adaptada a cada caso resulta fundamental para controlar la evolución de la enfermedad y evitar complicaciones.
Consejos alimentarios para mantener la diabetes a raya
- Sigue una dieta variada y completa, con todos los micro y macronutrientes esenciales (hidratos de carbono, proteínas y grasas) para asegurar el buen funcionamiento del organismo.
- Mantén el peso ideal. Esta recomendación es especialmente importante en niños y adolescentes para garantizar un crecimiento y desarrollo adecuados.
- Si tienes sobrepeso, reduce la cantidad de grasas totales en tu dieta.
- Incrementa calorías durante el embarazo y la lactancia.
- Restringe los azúcares simples (bollería, galletas, dulces, refrescos...).
- Consume hidratos de carbono complejos (pastas integrales, arroz, patatas, legumbres...).
- Aumenta el consumo de fibra, pues ralentiza la absorción de los hidratos de carbono.
- Limita la cantidad de sal en la dieta (no superar los 3 g al día).
- Reduce el consumo de alcohol.
¿Qué debes tener en cuenta si padeces diabetes tipo I o tipo 2?
La principal diferencia entre la diabetes tipo I y la de tipo 2 es la administración de la insulina. La alimentación en ambas es muy importante, pues es la manera que tenemos de evitar desequilibrios en los niveles de azúcar en la sangre. Las recomendaciones dietéticas no difieren demasiado entre ellas, como has comprobado en las recomendaciones anteriores. Sí debes tener en cuenta algunos aspectos específicos: