El placer helado
Disfruta de los mejores helados sin olvidar la necesidad de una dieta equilibrada
El helado es el producto veraniego por excelencia. Refrescante, sabroso y nutritivo, consumido con moderación ayuda a sobrellevar las altas temperaturas de los meses más calurosos del año. Hoy en Lidl queremos hablarte del origen del helado, de los tipos principales que puedes encontrar en el mercado y de cómo consumirlos para que puedas aprovechar todos sus beneficios.
¿Sabes dónde y cómo se inventó el helado?
En España, los helados llegaron en el siglo XIX, primero servidos en cafeterías exclusivas y más tarde en las primeras heladerías. Pero en realidad es un manjar milenario. Romanos, chinos, turcos y árabes empezaron a disfrutar del helado hace centenares de miles de años, si bien fue desde Italia que este rico snack se dio a conocer al mundo.
La nieve fue el primer ingrediente. En Roma, la añadían a las frutas y a la miel para refrescar el postre; en las cortes reales de Alejando Magno se enterraban las ánforas repletas de frutas y miel en la nieve, y se servían heladas también como postre. Y en China se tiene constancia de que ya mezclaban la nieve con la fruta muchos años antes de Cristo. Seguramente fueron ellos los pioneros.
Los califatos árabes dieron un paso más e incorporaron zumos de fruta a la fruta y la miel, lo que dio lugar a lo que se denominaba como “sharbets” (los sorbetes actuales).
La llegada de los helados a Italia vino de la mano del navegante Marco Polo en el siglo XIII, quien trajo de sus viajes por el Lejano Oriente varias recetas. Se dice que el término “polo” está relacionado con el explorador.
¿Qué tipos de helados puedes encontrar?
- Helado: contiene como mínimo un 5 % de materia grasa láctea y menor cantidad de azúcares.
- Helado cremoso: contiene como mínimo un 8 % de materia grasa de origen lácteo o de origen vegetal.
- Sorbete: elaborado con zumo de frutas y sin grasa láctea.
- Helado de agua: No contienen lácteos, ni frutas y con un mínimo del 12 % de extracto seco total.
- Granizado: hecho con hielo finamente picado, con jugo de fruta o bebida alcohólica.
Aunque su consumo se asocia como postre, los helados pueden consumirse a cualquier hora del día: merienda, tentempié...
¿Qué nutrientes puedes encontrar en los helados?
La presencia de nutrientes variará en función del tipo de helado.
- PROTEÍNAS: los helados de base láctea aportan las proteínas de la leche que contiene. La presencia de grasa en los helados de agua es prácticamente inexistente.
- GRASA: procede de varias fuentes: la grasa presente en la leche, la incorporada en su elaboración (aceite de coco, palma o grasas hidrogenadas) o la de otros ingredientes como chocolate, caramelo, siropes, etc. El contenido en grasas de un helado a otro puede variar entre un 3 % y un 22 %. La presencia de grasa en los helados de agua es prácticamente inexistente.
- AZÚCARES: son fuentes de azúcares rápidos, motivo por el cual hay que moderar su consumo. En los helados de leche, el azúcar proviene de la lactosa más algunos añadidos como la sacarosa. En los helados de agua, todos los azúcares son añadidos. En el caso de los sorbetes, también aparece el azúcar de las frutas, la fructosa.
¿Puedes incluir el helado en tu dieta saludable?
Consumir helados no está contraindicado si tu organismo los tolera bien. Ten en cuenta solo que:
- El consumo de helados tiene su parte saludable y desempeña un papel nutricional destacado, aunque no es el único. Su sabor, su frescor y su textura hacen que consumir helado proporcione, además, una sensación psicológica de placer.
- Nutricionalmente no todos los helados son iguales, ya que las calorías, grasas y energía presentes varían en función del tipo y la cantidad de ingredientes utilizados. A grandes rasgos, se distinguen los helados con base láctea y los helados con base de agua. Ambos pueden formar parte de tu alimentación siempre que su consumo sea moderado.
- Los helados pueden formar parte de una dieta equilibrada siempre y cuando se consuman con moderación y se asegure la ingesta de las raciones necesarias de frutas, verduras, proteínas completas e hidratos de carbono saludables que marca una dieta equilibrada.