Propiedades de los embutidos


Los embutidos son alimentos que tradicionalmente se usaban para combatir la fatiga y el frío. Aunque son deliciosos para nuestro paladar, debemos consumirlos de forma esporádica. ¿Por qué? Hoy en Lidl queremos resolver todas tus dudas sobre este grupo de alimentos.

Los cereales son el “combustible”, la fuente de energía necesaria para realizar las actividades de la vida diaria: crecer, trabajar, estudiar, hacer ejercicio, digerir los alimentos…

La denominación de “cereal” se utiliza para todos los productos elaborados con las semillas (o granos comestibles) de las denominadas plantas gramíneas (trigo, avena, arroz, cebada o centeno). Entre estos productos, encontramos el pan, la pasta, el muesli, las granolas o los cereales de desayuno.

Las características de los embutidos son:

• Preparados de carne (picada o no).

• Condimentados con ingredientes vegetales y especias.

• Sometidos o no a procesos de curación.

• Introducidos en tripas naturales o artificiales.


La característica número 4 es clave, ya que tendemos a denominar embutido a casi todos los derivados cárnicos: jamón york, longaniza, jamón serrano, sobrasada o salchichón, entre otros. En realidad, no obstante, no todos son embutidos propiamente dichos, como el jamón o la mortadela, pues los embutidos son solo los que se introducen en tripas.

¿Qué nutrientes nos aportan los embutidos?

La composición nutricional de los embutidos es muy variada, depende de los ingredientes, del fabricante y del proceso de elaboración. Sin embargo, sí que existen unos nutrientes comunes:

Grasas: los embutidos son ricos en grasas saturadas de origen animal. La cantidad total dependerá de la carne de procedencia y de su pureza, es decir, de si se ha añadido grasa extra. Esto ocurre, por ejemplo, con el chorizo, el fuet, el salchichón o la sobrasada.

Proteínas: los embutidos son una buena fuente de proteínas de origen animal, nutriente esencial para el mantenimiento y desarrollo del organismo. La cantidad y calidad de las proteínas también irán en función del tipo de carne, pero en general son una muy buena fuente proteica.

Hidratos de carbono: no contienen gran cantidad de carbohidratos ni de azúcares; solo los embutidos que lleven harinas o féculas contienen más cantidad.

Vitaminas: como derivado cárnico, los embutidos contienen vitaminas A, D y del grupo B.

Minerales: el que destaca por encima de los demás es el sodio, por la sal añadida durante la elaboración o curación del embutido. Este aspecto debe tenerse muy en cuenta a la hora de controlar el consumo. También son fuente natural de hierro, magnesio y potasio, que contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso y de los músculos.

Tipos de embutidos:

De carne: elaborados con carnes y grasa de cerdo exclusivamente. Ejemplos: chorizo, salchichón, lomo embuchado, fuet, etc..

De vísceras:además de la carne y la grasa, contienen trozos de vísceras antes de ser embutidas. Ejemplos: sabadeñas (tipo de chorizo), longanizas gallegas, salchichas de hígado, etc..

De sangre: aquellos de consistencia blanda o semiblanda, crudos o cocidos. Su ingrediente principal es la sangre, a la que se le añade carne, vísceras, manteca, tocino y productos vegetales y posteriormente se introducen en tripa ancha, como la morcilla.

Recomendaciones en el consumo de embutidos

Según la pirámide nutricional, los embutidos son un grupo de alimentos a consumir de manera esporádica. En caso de hacerlo, para un consumo más habitual lo mejor es escoger aquellos embutidos menos grasos (lomo embuchado, por ejemplo), aunque hay que tener en cuenta que la cantidad de sal de estos es elevada. Los embutidos más grasos, como el chorizo o la morcilla, deben reservarse para días puntuales.