Hipertensión
¿Qué es la hipertensión?
La hipertensión arterial es una elevación permanente de la presión arterial por encima de los valores establecidos como normales (140 mm Hg para la presión sistólica o máxima y 90 mm Hg para la diastólica o mínima) que afecta a más del 20 % de personas adultas.
Veamos los valores de referencia:
¿Por qué la hipertensión se conoce como el “mal silencioso”?
La hipertensión arterial habitualmente no presenta síntomas, por lo que su descubrimiento suele ser casual, cuando se visita al médico por otros motivos.
Cuando se tarda tiempo en detectar, la hipertensión arterial puede causar problemas cardiovasculares (como el infarto de miocardio) y cerebrovasculares (como la embolia o la hemorragia cerebral).
Por este motivo, en la hipertensión es muy importante la detección a tiempo y la prevención de sus complicaciones, especialmente cuando se tienen otros factores de riesgo como:
- Antecedentes personales o familiares de enfermedades vasculares.
- Sobrepeso y obesidad.
- Colesterol elevado
- Tabaquismo.
- Falta de ejercicio físico o sedentarismo.
- Ansiedad o estrés.
- Otras enfermedades o medicamentos que la puedan causar o empeorar.
Vigila tu presión arterial, sobre todo si…
- Tienes sobrepeso u obesidad: el riesgo de hipertensión arterial en personas obesas es entre 2-3 veces mayor que en las de peso normal.
- Tienes diabetes: el 40-60 % de los diabéticos padecen hipertensión.
- Tienes colesterol alto la combinación de hipercolesterolemia e hipertensión multiplica el riesgo cardiovascular.
¿Qué puedes hacer para prevenir la hipertensión arterial?
¿Cómo se trata la hipertensión?
Si la hipertensión es moderada, al inicio puede ser suficiente con la reducción de peso en caso de obesidad, el seguimiento de una alimentación equilibrada y pobre en sal y la práctica diaria de ejercicio físico moderado. En casos más graves o persistentes, la hipertensión puede tratarse con fármacos, siguiendo siempre las indicaciones del médico. Es posible que debas tomar medicación de por vida. Si es así, establece una rutina diaria para tomar la medicación y no olvidarte de hacerlo y no modifiques por tu cuenta la dosis del fármaco que estés tomando.