Alimentación en los primeros 1000 días
¿Has oído hablar de la importancia de los primeros 1000 días de un bebé? En este artículo veremos que la nutrición de la madre embarazada y del niño durante los primeros 1000 días resulta crucial para la salud del bebé, pero también tendrá consecuencias y dejará huella en la salud del recién nacido a largo plazo. Vamos a ver de qué se trata.
¿Qué son los primeros 1000 días del bebé?
Llamamos a los primeros 1000 días a ese periodo en la vida de un bebé que va desde la concepción hasta los 2 años de edad.
¿Por qué son tan importantes?
Los profesionales de la salud decimos que estos primeros 1000 días representan lo que se denomina una ventana de oportunidad o de prevención precoz. En estudios científicos se ha visto que muchas de las enfermedades que aparecen en la edad adulta o, incluso, en la infancia, pueden empezar a prevenirse ya desde el momento en el que la mamá se queda embarazada. Estamos hablando de enfermedades tan comunes como diabetes, enfermedades cardiovasculares, enfermedad respiratoria crónica, trastornos neurodegenerativos, etc.
Evidentemente, son más los factores que pueden influir en la aparición de enfermedades. Pero, durante este periodo, las intervenciones que se hagan a nivel nutricional pueden dejar huella biológica y metabólica a nivel individual, y todo esto dar lugar a alteraciones fisiológicas adaptativas durante la infancia o en años posteriores.
Es decir, parte de la salud del bebé viene determinada por sus genes, pero la mayoría viene influenciada por su entorno durante los primeros 1000 días. La buena noticia es que en este entorno nosotros podemos influir positivamente como padres y, en él, la nutrición juega un rol fundamental.
¿Qué debemos tener en cuenta?
En este contexto, debemos tener en cuenta la importancia que tiene el entorno en el que crece el bebé y la importancia de la prevención con un estilo de vida saludable.
Los primeros 1000 días representan, pues, una oportunidad única de intervención, porque es el período de mayor velocidad de desarrollo y crecimiento del ser humano.
Etapas que incluyen estos primeros 1000 días
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Embarazo
El deseo de formar una familia es el momento ideal para consolidar unos hábitos alimentarios saludables en el hogar. Ten en cuenta que el estado de salud y la nutrición de la futura mamá antes del embarazo determinan también en parte el desarrollo del embrión y de la placenta.
Como estamos viendo, todo lo que la madre y el niño hagan, coman o experimenten en esta fase decisiva tendrá consecuencias a largo plazo en la salud del futuro recién nacido. Por eso, alimentarse durante el embarazo correctamente es el primer regalo que una madre puede hacer a su bebé.
Otro aspecto importante es el peso de la mamá en el momento de la concepción: que la mamá tenga sobrepeso, obesidad o bajo peso puede suponer un riesgo en el embarazo.
Los requerimientos nutricionales se incrementan en el embarazo, especialmente algunas vitaminas y minerales. La mamá no tiene que comer por dos, pero sí tiene que pensar por dos (la calidad de la dieta es clave) y tener presentes algunos alimentos que debemos evitar.
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Lactancia
Ya hemos explicado en otras ocasiones que la leche materna tiene una composición única y que es la mejor manera de alimentar al bebé. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF recomiendan la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, prolongándose después con la alimentación complementaria correspondiente hasta los 2 años o más.
Aunque no es tan determinante como ocurre durante el embarazo, la alimentación de la mamá durante la lactancia también es importante. Cuando la lactancia materna no es posible, hay que tener presente cómo preparar un biberón con leche artificial o cómo llevar a cabo una lactancia mixta, mezclando ambos tipos de lactancia.
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Alimentación complementaria
Después del periodo de lactancia exclusiva, la recomendación de la OMS es introducir otros alimentos a partir de los 6 meses, manteniendo la lactancia hasta los 2 años o más, según deseo de madre y bebé y realizar la alimentacón complementaria (AC).
El orden de incorporación de los nuevos alimentos complementarios no es relevante y no existen evidencias científicas que justifiquen demorar la incorporación de alimentos potencialmente alergénicos. Lo que es verdaderamente relevante es la progresión, es decir, hacerlo poco a poco para comprobar la tolerancia del bebé, enseñándole, desde el inicio, a llevar una dieta saludable dentro del marco familiar.
Recordemos que, más allá de la nutrición, los dos objetivos primordiales de esta etapa son: que el bebé disfrute comiendo y que sus preferencias gustativas se decanten hacia alimentos sanos.
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Alimentación a partir de 1 año
La nutrición hasta los 2 o 3 años de edad es trascendental, y a menudo hablamos de ella como un “periodo de oro” en alimentación infantil, ya que, sobre todo en este periodo, debemos intentar inculcar unos hábitos alimentarios saludables y correctos, si queremos que estos perduren y permanezcan hasta la vida adulta.
Es importante respetar la sensación de hambre de cada niño, no insistir ni obligar a comer, comer en familia y no premiar ni castigar con la comida. Para prevenir la obesidad infantil y otras enfermedades, la clave es dar ejemplo como padres y tener alimentos sanos a mano en casa. Pensad que, hoy en día, lo más importante en nutrición infantil es, no tanto potenciar una alimentación con alimentos saludables, sino, sobre todo, minimizar el consumo de alimentos insanos.
Puedes consultar a tu Dietista-Nutricionista o profesional sanitario de confianza sobre cómo podemos ayudarte a alimentaros mejor en todas estas etapas que hemos visto.
¿Habías oído hablar alguna vez de estos primeros 1000 días y su importancia?
Laia Rovira.
Dietista-Nutricionista especializada en Alimentación Infantil.
Colegiada nºCAT000096.