¿Cómo preparo el biberón para mi bebé?
Preparar un biberón no es difícil, pero es necesario seguir unas pautas para garantizar que se hará de forma segura y limpia, ya que así evitarás la contaminación cuando vayas a prepararlo. ¡Te contamos cómo hacerlo!
La lactancia materna es la forma más natural de alimentar al bebé. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los bebés sean alimentados exclusivamente con el pecho durante los 6 primeros meses de vida, y en combinación con la alimentación complementaria al menos durante los 2 primeros años de edad.
Cuando esto no sea posible, las fórmulas infantiles para lactantes están especialmente adaptadas y proporcionan los nutrientes necesarios para garantizar una adecuada nutrición y desarrollo en el bebé.
En este artículo te voy a dar unos consejos para que puedas preparar los biberones con seguridad, previniendo infecciones.
- Manos y superficies limpias: Antes de empezar a manipular nada, lávate las manos muy bien con agua y jabón y sécatelas con papel o un paño limpio. También asegúrate de que las superficies de trabajo estén limpias.
- Coge un biberón limpio y esterilizado: Es mejor esterilizar todos los utensilios que usarás para la preparación del biberón. Si utilizas un esterilizador comercial tendrás que seguir las instrucciones de empleo. Si no dispones de esterilizador, usa una cazuela grande, llénala con agua e introduce los utensilios, ya limpios. Tienen que quedar cubiertos por el agua y no pueden quedarse burbujas de aire en su interior. A continuación, tapa la cazuela y ponla a hervir, asegúrate de que el agua no se evapore por completo. Conserva los utensilios dentro de la cazuela tapada hasta que vayas a preparar el biberón.
- Prepara el biberón de nuevo en cada toma:
1. Calienta el agua hasta que empiece a hervir: Calienta el agua mineralizada, apta para el consumo del bebé. En el caso de que uses agua del grifo, tendrás que hervirla entre 1 y 2 minutos, y después dejarla enfriar hasta 40ºC.
2. Inmediatamente después, introduce la cantidad exacta y necesaria de agua templada en el biberón, usando como referencia las marcas de medida impresas en él. Espera durante 3 minutos, pero no más. Este tiempo permite que la temperatura del agua baje hasta los 70ºC. El agua a 70ºC es suficientemente caliente para destruir las bacterias que pueda haber en la leche en polvo. Y así también se disolverá mejor el polvo de la leche.
3. Añade la cantidad de leche en polvo necesaria siguiendo las pautas del pediatra: Usa siempre el cacito que está dentro del envase de la leche y el enrasador, para dosificar exactamente cada toma.
4. Cierra inmediatamente el envase de leche en polvo para proteger el producto.
5. A continuación, tapa y agita el biberón suavemente hasta que la leche esté homogénea y disuelta. Evita remover enérgicamente, porque puedes hacer espuma y este aire puede dificultar la digestión del bebé.
6. Incorpora la tetina, que has esterilizado antes. Confirma que el agujero de la tetina es el adecuado para tu bebé, y así evitarás que la leche salga muy rápido.
7. Enfría el biberón hasta la temperatura corporal debajo del grifo con agua.
8. Comprueba la temperatura de la leche: Antes de alimentar a tu bebé con el biberón, confirma que la temperatura de la leche es tibia y no está muy caliente. Vierte unas gotas de leche en la parte interior de tu muñeca, si quema, tienes que enfriarla un poco más antes de dársela a tu niño.
9. Seca el biberón por fuera con un trapo limpio y dáselo enseguida.
- Una vez preparado, dáselo enseguida: Para dar el biberón es recomendable que te pongas en una posición cómoda para ti y para tu bebé, ya que vais a realizar muchas tomas durante el día. Una buena opción es darle la toma sentados, teniendo en brazos tu hijo en posición de cuna tradicional.
- No guardes la leche sobrante, ya que la leche reconstituida es un medio ideal para la multiplicación de bacterias patógenas: Cuando termines cada toma, tira el alimento que quede en el biberón y limpia los utensilios utilizados, para así tenerlos listos para las siguientes tomas.
Este método de preparación del biberón garantiza la máxima seguridad microbiológica y es el método más indicado para lactantes menores de dos meses, prematuros e inmunodeprimidos.
- Otros consejos: Si tienes que estar unas horas fuera de casa, puedes llenar los biberones sólo con agua. Justo antes de cada toma, puedes añadir la leche en polvo y darle el biberón a temperatura ambiente e inmediatamente. Por otro lado, durante la noche tienes que preparar siempre el biberón en el mismo momento de la toma.
Laia Rovira.
Dietista-Nutricionista especializada en Alimentación Infantil.
Colegiada nºCAT000096.