Introducción a la comida sólida
Se recomienda lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad, y en el caso de estar dando leche adaptada a tu bebé, puedes empezar con la alimentación complementaria a partir de los 4 meses. En ambos casos, surgen las mismas dudas, ¿cómo se introduce la comida sólida en un bebé?
En primer lugar, hay que asegurarse que el bebé está preparado para comer alimentos sólidos. Se recomienda que, en caso de querer darle la alimentación complementaria de esta manera, se haga a partir de los 6 meses de edad, cuando nuestro niño ya sea capaz de mantenerse sentado en una trona por ejemplo o recostado sobre su espalda, y cuando veamos que muestra interés por lo que comen los adultos en la mesa e incluso coge alimentos nuestros con sus manitas y se los quiere llevar a la boca. Por otro lado, es importante observar que no echa la comida en un acto reflejo que se llama “extrusión”.
En el caso que cumpla con estos requisitos, puedes decidir si darle alimentos sólidos a trozos o en papilla.
Sea como sea, para empezar a darle alimentos nuevos, es importante hacerlo paulatinamente, y para ello es recomendable introducir un alimento nuevo cada día o cada dos días, preferiblemente en el desayuno o comida. Se debe introducir un solo alimento y esperar esas horas y día posterior, para poder observar si se produce alguna reacción tras la ingesta, como por ejemplo erupciones cutáneas, rojeces, vómitos, hinchazón... Si sucede alguna de estas reacciones, hay que consultar lo más rápido posible con un pediatra de urgencia.
Recuerda que la alimentación es complementaria, es decir, seguiremos dándole leche materna o artificial, y los alimentos solo son un complemento, por lo tanto, hay que ofrecer este nuevo alimento después de la toma de leche.
Si el niño se niega a probar ese nuevo alimento, no se le debe forzar a que lo haga: lo dejamos y se lo damos a probar en otro momento u otro día. Si tras intentarlo varias veces se niega, es mejor no ofrecérselo más por el momento.
Y tranquilos, si lo intentáis por activa o por pasiva y el niño se niega a probar los alimentos sólidos, podemos alternar la lactancia con los tarritos y papillas y esperar un poco más adelante, por ejemplo cerca de los 8 meses, para volver a intentarlo. ¡A su ritmo! 😉