Miedos infantiles, consejos para superarlos
Los miedos infantiles suelen aparecer a partir de los 3 años, y suelen ser originados cuando el niño no es capaz de separar el mundo real del imaginario. Pero ¿cuándo debemos preocuparnos? ¿De qué manera podemos ayudarle a superarlos? ¡Te lo explicamos todo para que no te quedes tampoco paralizado ante esta situación!
Qué es el miedo
El miedo es una reacción fisiológica que experimentamos todos y que está desarrollada por la evolución. Es un mecanismo de defensa que se activa para evitar situaciones de peligro, en las que pueda peligrar nuestra vida o integridad.
Pero hay niños que sienten miedo de situaciones cotidianas en las que realmente no peligra nuestra vida. Cualquiera que sea el tipo de miedo que tengan, si no se trata, puede originarle ansiedad al niño, que es la respuesta adaptativa ante estas situaciones.
Vamos a ver cómo se originan estos miedos.
Distintos tipos de miedos infantiles
Lo cierto es que cada niño desarrolla distintos miedos que también dependen de su edad. Por ejemplo, a los 3 años y hasta los 5, es bastante habitual que los niños desarrollen miedos a ruidos fuertes, o animales. También a la oscuridad. A partir de los 5 años, estos miedos se quedan atrás y empiezan a desarrollar otros relacionados con personas desconocidas (extraños), catástrofes naturales y seres imaginarios como monstruos, brujas…
Nos deberemos preocupar si estos miedos han aparecido en el niño después de un suceso traumático, pues en este caso será necesaria la intervención de un profesional. El resto de miedos se acaban superando, no obstante, si crecen en lugar de ir desapareciendo, también es aconsejable consultarlo con un profesional.
Superar los miedos
Para lograr que superen estos miedos, es necesario una implicación por parte de todas las personas que estén cerca del niño, y evitar algunas prácticas de las que a veces no somos del todo conscientes y que pueden perjudicar en este proceso de superación del niño.
- Hablar sobre lo que le da miedo, con naturalidad. Esto hará que reflexione, verá en nosotros un ejemplo a seguir, porque no tememos ya que tenemos unos motivos, los que le estamos explicando, para no temer.
- Comprenderlo. Esto le reforzará su autoestima y le transmitirá confianza y seguridad.
- Si sufre ansiedad podemos enseñarle maneras de calmarla, mediante otras acciones, por ejemplo, cantar, bailar, contar, o hablar con vosotros.
- Somos su ejemplo, por lo tanto, evitaremos darle una imagen negativa, expresar temor. Enseñarle a que todo tiene solución y que es mejor si se afronta con una sonrisa.
- Evitar ignorar el miedo. El niño tiene que ver que su miedo es comprendido por quien considera que son sus protectores: los padres. Para ello, es recomendable evitar frases tipo: “no tengas miedo”, “es una tontería”, “los niños grandes no tienen miedo”, porque con esto sólo se consigue negar lo que para él sí que es motivo de temor.
- No prestar atención en exceso. Es decir, no volcarnos tampoco en exceso sobre ese miedo, no exagerar, no sobreproteger. Simplemente tratar el tema con naturalidad, tranquilizando, pero sin llevarlo más lejos.
- Si siente miedo de algún muñeco o alguna cosa, no escondérselo. Para superar su miedo de manera definitiva debe enfrentarse a él. Puedes, eso sí, quedarte con ese objeto y él, para que vea que no sucede nada, que no hay de qué temer.
En definitiva, el miedo es un arma de doble filo: nos protege en situaciones ya que nos prepara para la huida ante el peligro, pero puede paralizarnos. Los miedos de los niños, ¡no van a paralizar su camino después de haber leído este artículo! 😊