Seguridad en la alimentación infantil
Cuando hablamos de alimentación infantil, sobre todo durante los primeros años de vida, a muchos padres les preocupa y les inquieta el tema de la seguridad. ¿Se va a atragantar mi bebé? ¿Puedo darle este alimento cortado de esta u otra manera? ¿Tengo que darle yo de comer para estar más segura? ¿Cómo debo hacerlo? Respira profundamente y tranquilízate, en este artículo hablaremos de todo ello.
Seguridad ante todo, no solo con la alimentación
Si tienes un peque que se encuentra en la primera infancia (0-3 años) sabrás que los niños y niñas pequeños se lo llevan todo a la boca, literalmente. No solo la comida, sino todo aquello que tienen por delante y les produce interés: los juguetes, el biberón, el collar y los pendientes de mamá o de quien lo tenga en brazos, su pelo… todo a la boca.
Es por todo ello que, como ya sabes más que de sobra, tenemos que vigilar con todo lo que está a su alcance para evitar sustos, sobre todo cuando ya andan solos y se mueven rápido de un lado para otro.
Aún así, cuando a los 6 meses llegamos al periodo de la introducción de nuevos alimentos a los padres nos preocupa que nuestro bebé se pueda atragantar con lo que come, especialmente en aquellos casos en que le ofrecemos la alimentación complementaria al bebé en trozos. No te preocupes. Como te decía al principio, vamos a relajarnos y a ver qué debemos tener en cuenta en cuanto a la seguridad con los alimentos.
Arcada o atragantamiento: no te confundas
Lo primero que debemos hacer es repasar la diferencia entre lo que es una arcada y lo que es un atragantamiento real. Me explico:
La arcada es un reflejo, similar a los de toser o estornudar. Es involuntario, un mecanismo innato que tienen los bebés para echar para fuera si un trozo demasiado grande de comida (o de lo que sea) se le va al fondo de la boca. Seguro que a ti mismo también te ha pasado en alguna ocasión, es desagradable, pero no tiene más riesgo. Si le pasa esto a tu peque alguna vez, lo que es bastante habitual, ¡tranquilos! En este caso, tenemos que contar hasta 10 y ver qué pasa, relajadamente, lo más seguro es que el peque lo gestione por si solo y todo quede en un susto. Lo que no debemos hacer en este caso es meterle enseguida el dedo en la boca, sin querer podríamos echar más para atrás todavía el alimento y producirle un atragantamiento real.
El segundo caso es diferente. Un atragantamiento (parcial o total) se produce cuando este alimento u objeto pasa a vía respiratoria accidentalmente. Si es un atragantamiento parcial el niño tose y emite sonidos. En este caso, no se recomienda tampoco darle palmadas en la espalda porque ese alimento podría moverse y producir un atragantamiento total. En este caso, es mejor que el niño tosa y lo expulse por sí solo.
Lo que es realmente grave sería un atragantamiento total o asfixia. A diferencia de los dos anteriores, el atragantamiento total es silencioso, el bebé no emite ningún tipo de sonido ni de lloro cuando se está asfixiando, lo mismo que ocurre si nos pasa a un adulto, el aire no puede pasar por vía respiratoria y no podemos hacer ningún sonido. Este sería el caso realmente grave en el que deberíamos de actuar inmediatamente. No es la temática de este artículo, pero si quieres estar más informado sobre ello, hoy en día se realizan un sinfín de talleres sobre primeros auxilios en bebés en los que se enseña a hacer la maniobra de Heimlich y otros recursos. No porque tenga que pasar nada, simplemente te lo recomiendo para estar más tranquilo y saber cómo deberíamos actuar en este caso.
¿Aumenta el BLW el riesgo de atragantamiento?
La respuesta es clara y tajante: no. No, siempre y cuando nos informemos bien, tengamos un asesoramiento profesional y se haga correctamente.
Si no sabes de qué se trata, el “Baby-Led Weaning” (BLW) es la alimentación complementaria (AC) autorregulada o dirigida por el bebé, en la que le ofrecemos al peque alimentos sólidos en trozos, en vez de triturados o papillas.
En este artículo anterior vimos qué alimentos no se deben ofrecer al bebé por riesgo de atragantamiento. Te recomiendo que repases bien la lista. Pero, si tenemos esto en cuenta y conocemos los pilares del BLW, repito que no aumenta el riesgo de atragantamiento. Al contrario, con este método respetamos más que el bebé se alimente por si solo, y esto hace que el riesgo sea menor. En varios estudios se ha visto que, a partir de los 8 meses, los bebés que aplican BLW presentan menor riesgo de atragantamiento y menor reflejo de arcada porque están habituados a más texturas.
Precisamente por este miedo, un error común del BLW al principio es cortar los alimentos que le ofrecemos al bebé demasiado pequeños. No hace falta ofrecerle todo picadito en trozos muy pequeños, al contrario, tiene que tener un tamaño suficiente para poder cogerlo con la mano y llevárselo a la boca, y de consistencia blanda. Al inicio, tenemos que ofrecerle los alimentos en forma de dedo o de “finger food”, ya que no es hasta los 9 meses, aproximadamente, que saben hacer la pinza con los dedos y coger trozos más pequeños.
Pautas a las familias para evitar riesgos
Fíjate que hablo del concepto “evitar riesgos”, creo que es la forma correcta de expresarlo para no volverlos todos locos con este tema y sufrir más de la cuenta, por ello creo que es aconsejable que pienses en el concepto de minimizar o evitar riesgos.
Para minimizar riesgos debemos tener en cuenta las siguientes pautas:
- El bebé debe comer sentado y derecho: siempre. Son pautas básicas que a veces se tienen muy presentes al inicio, pero que luego con el tiempo vamos olvidando su importancia.
- No darle nosotros de comer a la boca: podemos ayudarle a agarrar un alimento o ponérselo en la mano, pero no ponérselo nunca nosotros en la boca, precisamente para evitar estos riesgos. Lo sé, es algo que a nosotros de pequeños nos hicieron muchas veces (el “juego del avión”, por ejemplo), pero que con las generaciones futuras debemos evitar.
- Relacionado con el punto anterior, si es el bebé quien se pone el alimento en la boca es porque ya está preparado para ello, que controla mejor “todo lo que hay que poner en marcha para el acto de comer” y, otra ventaja, que regula mejor sus señas de hambre y de saciedad. Este en un punto vital para prevenir la obesidad infantil y facilita que nuestro peque coma solamente hasta que tenga hambre.
- Debemos comer sin distracciones: también es otra pauta básica, pero si miras lo que te rodea, no siempre es fácil ser conscientes de ello y coger el hábito de comer sin televisión, sin móvil, sin pantallas en general de por medio. Además de evitar estas distracciones, aprovecha que el momento de comer es justamente un momento que tenemos para compartir e interactuar con la familia (en muchas ocasiones, el único que tenemos juntos a lo largo del día).
- Y, siempre, recuerda acompañar al bebé y estar pendiente de él de forma activa mientras come: sin distracciones como hemos dicho.
Dicho de otra manera, dejar que el bebé coma solo, pero no dejarlo nunca solo cuando come, que son dos situaciones completamente diferentes. Espero haberos ayudado y que esto te haga verlo todo más claro. Por último, os recomiendo poner en práctica una alimentación perceptiva: los ingredientes que hay que poner para ello en la mesa son comunicación, paciencia y respeto, ¡además de mucho amor!
Laia Rovira.
Dietista-Nutricionista especializada en Alimentación Infantil.
Colegiada nºCAT000096