Curiosidades del vino
Tipos de vasos de vino
Para apreciar todos los matices que nos brindan los buenos vinos, no hay nada mejor que una copa de cristal. Su tamaño, forma y volumen no sólo condicionarán nuestras sensaciones a la hora de saborear cada caldo, sino que también potenciarán sus características. Por eso, es conveniente elegir la copa idónea dependiendo del tipo de vino que vayamos a servir. Así, mientras que las que tienen forma de U son perfectas para los vinos blancos, los tintos y los añejos exigen copas con una boca de gran apertura. A su vez, las bocas estrechas son ideales para las bebidas espumosas.
Temperaturas ideales de los vinos
Servir los vinos a una temperatura inadecuada puede alterar la percepción de sus propiedades. Por esta razón, es esencial saber a cuántos grados tiene que estar cada tipo de vino. Si se trata de un gran reserva, el rango ideal va de los 16°C a los 19°C. En cambio, los vinos de crianza, dulces y rosados deben degustarse algo más fríos: concretamente, a un máximo de 15°C y a un mínimo de 12°C, ya que por debajo de esta cifra se pierden los aromas complejos del roble. A su vez, si estamos ante vinos blancos o espumosos, se aconseja que la temperatura de servicio oscile entre los 7°C y los 10°C. En cuanto al cava, esta bebida debe tomarse a 6°C, aproximadamente.
Claves para el maridaje de vinos
Para obtener un buen maridaje de vinos y comidas, es importante servir en primer lugar aquellos que tienen más cuerpo y, a la hora del postre, los más ligeros. Si se desea maridar el vino por asociación, lo ideal es conseguir que tanto la bebida como los platos armonicen por color, temperatura, textura o sabor. En cambio, si se busca que el maridaje sea por sensaciones opuestas, una buena opción es combinar alimentos picantes con un vino blanco o seco. Asimismo, si se quiere hacer una cata de quesos y vinos, nada mejor que acompañar un queso fuerte con un vino dulce. ¡Buen provecho!
La forma de las botellas de vino
¿Te has preguntado alguna vez por qué la base de todas las botellas de vino o cava está abombada hacia dentro? Pues bien: hay varios motivos que explican la razón de ser de esta base cóncava. Sin ir más lejos, esta forma confiere más estabilidad al recipiente, ya que ayuda a que se apoye bien en la mesa cuando hay arrugas en el mantel. Además, recoge mejor los sedimentos del vino y favorece la sujeción en el momento de servir la bebida. Por otro lado, en el caso del cava, el gas que se desprende durante la fermentación hace que la presión dentro de la botella sea muy elevada. Por eso, si la base fuera plana, un pequeño golpe sería suficiente para partir el vidrio.