En verano, cuida tu piel y protégela del sol
Llega el verano, el calor y las ganas de playa. La luz del sol en esta época aporta muchos beneficios, desde bienestar general a un aumento de los niveles de vitamina D, que favorece una mejor absorción del calcio y tiene propiedades antiinflamatorias.
Pero de nada sirve aprovechar todos estos beneficios sin no nos protegemos de los rayos ultravioleta UVA y UVB del sol, capaces de atravesar nuestra piel y de producir daños a corto y largo plazo:
- Los rayos UVA son los responsables de la aparición de la pigmentación inmediata, alergias solares, reacciones fototóxicas y fotoenvejecimiento de la piel.
- Los rayos UVB son los responsables del bronceado, pero a la vez pueden generar quemaduras y, a largo plazo, problemas de salud.
Para evitar daños cutáneos es esencial el uso de protectores solares, que incorporan entre sus componentes un filtro solar y ayudan a reducir los efectos de los rayos solares, además es importante que elijas el protector solar adecuado para tu piel.
Son importantes porque:
- Evitan quemaduras, responsables del riesgo de padecer enfermedades tengas la edad que tengas. ¡La piel tiene memoria!
- Previenen el envejecimiento prematuro de la piel y diferentes tipos de enfermedades.
- Protegen del sol.
- No reducen los niveles de vitamina D en el organismo, ya que la exposición casual al sol (5-15 min al día, 2-3 veces por semana) ofrece suficiente vitamina D para la mayoría de las personas.
- Ayudan a proteger la piel cuando se acaba la barrera protectora natural. Los rayos UVB, los más peligrosos, son acumulables. Esto significa que todos tenemos una capacidad limitada para recibir esta radiación a lo largo de nuestra vida, y cuando esta se termina nos que damos sin protección natural. Se ha estimado que a los 20 años se ha consumido ya la mitad de esta capacidad.
¿Qué es el factor de protección solar?
El factor de protección solar (FPS) sirve para calcular de forma aproximada el tiempo de protección natural de nuestro organismo frente al sol, en concreto, los rayos UVB. Por ejemplo, si una persona no se aplica ninguna protección, puede exponerse al sol 10 minutos sin quemaduras, podría exponerse 150 minutos si hubiera usado un FPS de 15 (10 min x 15 = 150 minutos).
El factor de protección solo mide la eficacia frente a los rayos UVB. Asegúrate también de que el producto también nos proteja de los rayos UVA.
Todos los protectores solares deben llevar en su etiqueta el estipulado por la Unión Europea.
Causas del daño solar en la piel
- Edad: las personas mayores de 55 años tienen más probabilidades de desarrollar melanoma en la piel.
- Tipo de piel: no todas las pieles asimilan la radiación solar de la misma manera. De ello depende el “fototipo” de cada uno, que depende del tipo y color de piel, el color del cabello y la propensión a las quemaduras o al bronceado.
*El UVI divide la radiación UV en baja (valores 1 a 3), radiación media (valores 4 a 6), radiación alta (valores 7 a 9) y radiación extrema (superiores a 10).
- Aplica el fotoprotector nuevamente cada 2 horas, y con mayor frecuencia si expones la piel al agua (sudor, natación).
- Evita exponerte al sol entre las 12:00 y las 16:00, cuando los rayos del sol llegan de forma más directa a la Tierra.
- Aumenta de forma progresiva el tiempo de exposición. Comienza durante unos pocos minutos y ve sumando minutos con el paso de los días.
- Utiliza protector todos los días, sobre todo si tienes la piel más clara. Debe ser de amplio espectro y tener un FPS mínimo de 15.
- Si realizas actividades al aire libre, utiliza un protector mínimo de 30 FPS.
- Usa protector cuando hagas excursiones a la montaña. Recuerda que cada 300 metros de altura aumentan un 4 % las posibilidades de quemarse.
- No utilices productos adquiridos el año anterior.
- Cubre con el protector todas las áreas de piel, y extrema precauciones con las partes más sensibles: cara, cuello, calva, hombros, escote, orejas, manos y empeines.
- Protégete los labios con lápices o barras fotoprotectoras y el cabello, con productos específicos.
Consejos para la protección en la infancia
La piel de los niños es mucho más delicada porque es más inmadura, lo que debilita la protección natural.
- No expongas al sol a niños menores de 3 años.
- Protégeles con ropa, gorra, gafas y protectores solares de altos índices, especiales para niños y resistentes al agua. Se recomienda que estén libres de perfumes y conservantes, y no contengan filtros químicos.
- Utiliza fotoprotectores en todas las actividades al aire libre y en la sombra.
- Hidrátales frecuentemente con agua.