¡El niño no come! Cómo asegurar una buena alimentación
El bebé ha crecido y ahora hay veces que no quiere comer. En ocasiones puede suceder repetidamente, hasta el punto de causarnos una preocupación. Pero, antes de nada, hay que evaluar si el bebé no quiere comer de verdad, si padece alguna patología, o si por el contrario podemos estar tranquilos y solo observar como evoluciona en otros aspectos.
Que el niño no coma debe preocuparnos si nuestro hijo ha empezado a perder peso, o hay un retraso considerable en su crecimiento, si está muy cansado, si tiene mucho sueño siempre, está malhumorado, tiene berrinches continuamente y está apático. Una visita al médico nos despejará cualquier duda al respecto.
En cambio, si nuestro hijo está contento, tiene energía como cualquier niño y su crecimiento es adecuado, podemos darle un respiro. ¿Por qué? Pues porque no tiene porqué ser signo de enfermedad que no quiera comer.
El hecho de que se niegue a comer puede ser por varios motivos. Te explicamos los más comunes y como superarlos:
- Come lo que necesita. Durante el primer año de vida el niño come mucho, y ahora su ritmo de crecimiento ha disminuido bastante. Esto es lo normal, por lo tanto, a menor gasto menos necesidad energética. El niño come menos, pero si está bien, comerá lo que necesite, ni más, ni menos, a no ser que lo obliguemos.
- Come menos cosas que antes. También es normal y es que a medida que se hace mayor tiene más sentido de la preferencia, aunque a veces es algo que viene y va y lo que hoy no le apetece, mañana sí. A nosotros nos pasa igual, pero nuestro nivel de consciencia nos hace comer porque sabemos que es necesario comer ese alimento que no nos apetece ahora mismo. Y si podemos evitarlo, ¡también lo hacemos! Ellos igual. No desesperéis, podéis sustituir alguno de estos alimentos por otro de la misma familia y saludable. Si está rechazando el pepino, podemos sustituírselo por una zanahoria.
- Come bien solo en el cole. Es algo habitual. Y es que en el cole no hay posibilidad de cambios ni de meriendas divertidas. En casa, a veces no nos damos cuenta de que quizá en la comida ha comido poco y ha costado y luego en la merienda se le da un alimento dulce, azucarado… Con esto el niño puede entender: “da igual que no coma a mediodía, porque siempre me dan algo que me gusta en algún momento del día.” En lugar de este tipo de alimentos podemos optar por recetas saludables para niños, como por ejemplo fruta natural con yogur o un tarrito Lupilú de frutas ecológicas, muy práctico para llevarle, por ejemplo, a la salida del cole como merienda.
Descubre más recetas saludables y apetitosas para que no puedan decir que no, como por ejemplo unas bolitas de arroz rellenas muy simpáticas.
Sobre todo: paciencia y observación. Si el niño está rebosante de energía y su crecimiento es correcto, no te preocupes, ¡y déjale escoger lo que quiera comer dentro de un abanico de posibilidades saludables!